Big Bang

4 / 5 – Muy bueno

Sorprendente, desde lo mas básico de la producción a lo mas complejo de la composición, este segundo disco de Big Bang es sorprendente. Si me preguntas que tipo de música practican, ahí viene lo mejor: tienen mucho de progresivo, tienen gotas de funk metal, tienen lametazos a rock alternativo, y sobre todo tienen un lienzo enorme en donde pintar un tipo de música que en casos especiales (como éste) solo puede definirse con el nombre del mismo grupo…este “Diez Tragos” suena a Big Bang, bebiendo de la fuente de bandas progresivas con guitarras muy agresivas.

Como hemos dicho antes, la producción es bastante acertada para el tipo de música presentada aquí, y una de las bazas mas positivas a la hora de compararlo con su disco debut “Sin Renuncia a la Esperanza”. Guitarras, baterías, bajo y voces suenan en su sitio adecuado, con una correcta decisión de colocar el instrumento de seis cuerdas algo encima del resto de instrumentos en la mezcla, dotando de un carácter fuerte a las 10 canciones que completan este segundo disco de Big Bang.

No creo que nada se haya dejado al azar en este álbum, todo suena delicado y detallado, con la precisión de quien ama lo que hace. También es muy importante que estas diez canciones, que terminan haciéndose cortas, no aburren a lo largo de la escucha, y mucho de eso se debe al continuo cambio de ritmos, de emociones y de estilo de canciones dentro de un mismo paquete (solo hace falta comparar “Ver Llorar Desiertos” con “Sufrir” para darse cuenta de lo que hablo). Otro gran ingenio de esta obra es que, aunque las canciones sean diferentes entre si, no parecen en ningún momento pertenecer a otra banda, a otra grabación, a otro dueño…toda forma parte de un engranaje para una maquinaria exquisita en melodías atrapantes.

El sonido de la guitarra arrastrada (como el principio de “La Eternidad”) de Francisco Rubiales es quizás de las cosas que marcan con más identidad las diez canciones de “Diez Tragos”, junto con un delirante y apasionante trabajo de baterías por parte de Siscu Carrasco. Metal progresivo sin sonar demasiado pretencioso, como un Tom Morello infusionado en 2112.

P.D.: Gran trabajo de arte con la portada, quizás con un pequeño tributo o guiño a King Crimson.