10 septiembre, 2012

REVIEW DESDE el portal metal4all.net

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DISCO: DIEZ TRAGOSAUTOR: BIG BANGPUBLICADO: 26 de Marzo de 2012

SELLO: Autoproducido

Formados hace más de diez años, y sin embargo no fue hasta el año 2010 que presentaron su primera entrega discográfica seria: «Sin Renuncia a la Esperanza». Un palpable rodaje se deja entrever en las composiciones de Big Bang para este «Diez Tragos», lejos de lo que ofrecen esas bandas en discos que publican tras un año de historia, pocos ensayos y una decena de bolos. Una amalgama de estilos convierten su música en difícil de clasificar, algo solo permitido a los que eligen el camino de la auto-producción. Detalles por doquier, arreglos añadidos a base de pulir composiciones y algunos giros bien sorprendentes, hacen de Big Bang una banda harto interesante en nuestro panorama.Sus temas se basan en el rock y metal de corte alternativo, pero como buenos músicos abiertos de mente, no le cierran la ventana a lo desconocido. Suenan ritmos poco habituales en «Dueño de mis Sueños», la cual deja entrever el sonido de sintetizadores al estilo de Tool. Riffes simples, que en ocasiones recuerdan al sudoroso stoner, como los de «Soy Inmortal», cuyo sonido de guitarra raspa los tímpanos, al igual que en «Sufrir» o «Descifrar los Signos». Se palpa cierta influencia de «Sober» en las melodías de «No Soy Un Angel», así como en el estilo vocal de Manuel Rubiales en todo el álbum.Pero aquí hay sitio para mucho más, y es que los jugueteos con el funky de «Ver Llorar Desiertos», los efectos atmosféricos de «No soy un Angel» y el enrevesado ritmo de «La Eternidad» convierten a este «Diez Tragos» en una pieza un tanto difícil de asimilar para los no familiarizados con la experimentación. Ganan muchos puntos con unas letras y líneas vocales que, junto con riffes poderosos e inspirados, conducen al oyente a través de sus diez canciones llenas de añadidos originales y poco vistos en nuestra escena alternativa. Se despiden con un experimento que bien podría pertenecer a los King Crimson más ácidos llamado «Franco is Dead», despidiendo al dictador a su manera totalmente personal y descarnada.

«Diez Tragos» es original y atractivo en su contexto. Si pierde puntuación es por una producción algo mejorable, cosa que ni se me ocurre reprocharle a la banda, quienes se han costeado todo su trabajo por cuenta propia. En España hacen falta bandas con este nivel de personalidad, que apuesten por lo novedoso y lo propio. «Diez Tragos» despierta ganas de disfrutar esas canciones en directo, porque esas guitarras han de sonar arrolladoras, y eso también es algo que hace falta por aquí.

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